Dolores en la revista R2 Rock N Reel

miércoles, 23 de septiembre de 2009

En su edición Septiembre-Octubre, la revista R2 Rock N Reel originaria de Reino Unido publicó una nueva entrevista con Dolores:


Luz Que Viaja

Dolores O’Riordan, antigua cantante de The Cranberries le cuenta a David Burke de su jornada cerca del abismo durante esos días pesados de estrellato pop, y como su vida es ahora mucho más simple.

La carretera es adornada con pedazos de los héroes que nos han traído canciones desde la oscuridad y les hemos concedido riqueza, fama y adulación, pero quienes, cuando el trato se cayó, no pudieron ver a través de esto. La industria de la música no se preocupa tanto por sus artistas, sólo por sus productos comerciales.

Dolores O’Riordan sabe esto muy bien. La antigua cantante de The Cranberries anunció su separación de la banda en 2003, declarando que quería estar libre de las cadenas que el éxito representaba para ella; casi la destruyen.

“Fue realmente horrible”, dice O’Riordan con su acento de Limerick intacto, a pesar de haber viajado por todo el mundo. “Ser famosa es bastante peligroso en esos niveles. Todo sucede tan rápido. Éramos muy jóvenes; fue de la noche a la mañana. De pronto todos tus sueños se cumplen pero no sabes cuando parar, no sabes cuando has tenido suficiente. No sólo eres tú, si no todos a tu alrededor. Te conviertes en este monstruo corporativo, la máquina de dinero. Todos a tu alrededor sólo dicen “sí”. No hay nada real al final; todo es falso. Pierdes contacto con la realidad”.

Siempre se veía vulnerable frente a los hermanos Hogan – Noel y Michael, y Fergal Lawler, cuando tocaban éxitos como ‘Linger’ y ‘Zombie’ y compartían el escenario con Luciano Pavarott y los Rolling Stones. O’Riordan, quién creció como la más joven de siete niños en la rural Ballybricken, traza su colapso a cuando tenía veintitrés, a la rápida atención que recibió cuando se unió al grupo a los dieciocho. El estrellato que siguió fue una experiencia para la que no estaba preparada.

“Tuve una infancia remota. Crecí en el campo. Nunca fui a Limerick hasta que tuve cinco años. ¡Hasta ese punto pensaba que solo había 10 familias en el mundo! Luego fui a la escuela en Limerick cuando tenía cinco y no podía creerlo: ¡Gente! Regresábamos de la escuela en camión y eso era todo – para la noche estábamos en el jardín. Cuando pienso en eso ahora, era bueno y hasta romántico. Es lo que la gente ahora está buscando.

“Mi papá mantenía el jardín y teníamos cabras a un lado del camino. Teníamos leche de cabra, así no nos daba asma. Mi papá iba haciendo agujeros en la tierra y uno de mis hermanos iba echando semillas y el que seguía regaba. Era divertido. Cuando todo eso crecía, lo tomábamos y lo llevábamos al mercado a vender y comprar cosas con nuestro dinero. Todo era muy lindo y orgánico.

“Cuando creces tan cerca de la naturaleza, siempre es una parte de tu corazón. Es difícil sobrevivir en la jungla de concreto – eso me enloquece. Cuando los chicos crecen en la ciudad, están acostumbrados a la gente y las cosas. En mi caso fueron los extremos. Venía de este ambiente callado hasta la adoración loca repentina. Luego me di cuenta que no podía regresar a ser anónima y eso me asustaba. Luego lo extrañé. Luego tuve que parar, no podía seguir.”

Como en toda narración con un tema de redención, hubo una epifanía. Para O’Riordan, esto sucedió cuando The Cranberries lanzaban su tercer álbum, To The Faithful Departed. Habla fervientemente pero sin modulación dramática sobre ese tiempo, como alguien a quien el psicoanálisis le cambió el sistema de creencias católicas que Irlanda le había forzado. También hay una recolección escatológica de los eventos, pero no importa – lo que impresiona es la candidez de O’Riordan y su disposición de mostrar su dolor si sirve de ayuda a alguien más.

“A la mitad del segundo disco me rompí la pierna. Tuve una cirugía. Pasé de estar en todos lados a estar en el hospital de Devonshire en Londres, y luego a un hospital en Francia. Estuve seis semanas en el hospital con pijamas, morfina y todo eso, y me deprimía el no querer estar bajo los efectos de la morfina. Tenía mucha presión de la compañía discográfica – y de todo mundo – para salir y volver al camino, pero tenía que esperar a que mi pierna sanara.”

“Claro, yo era ambiciosa también y pensaba que podía hacerlo. Así que regresé, pero nunca curé mi pierna. Me deprimía. Entonces tuve problemas para comer y dormir. Mientras menos comía, peor se ponía mi sistema nervioso. Me daban ataques de pánico. No había mucha conciencia sobre eso entonces. Somos tan tontos y no nos damos cuenta que nuestros cuerpos están conectados a nuestros nervios y a nuestras almas y corazones. Si tu corazón se enferma, tu cuerpo se enferma. Si tu mente está enferma, tu cuerpo se va a enfermar también.”

“Cuando estábamos de gira – con el segundo álbum – y la rodilla mala, continuaba peor. No comía como debía. Tuve un fisicoterapeuta que trabajó con Frank Sinatra. Me trabajó duro. Tuve atrofia en mi cadera. Pero no era tan importante como seguir con el ritmo. Luego tuve que cancelar conciertos porque mi pierna seguía hiriéndose. Los medios empezaron a decir que tuve un desorden alimenticio. Y cuando me empezaron a seguir, me hizo mas daño.”

“Yo estaba sola. Estaba con muchos chicos… los conocí cuando tenía dieciocho. Dejé mi casa y me hice famosa… y todos mis amigos fueron a la universidad. Yo estaba en un camión con todos estos chicos que realmente no conocía. Recuerdo que yo solía preguntarme donde estarían todos mis amigos cuando me fui para ser famosa. Creía que hubiera sido bonito ir a la universidad y no tener toda la presión que tuve.

“Por suerte, después, cuando mejoré, me fue al bosque, desaparecí, no dije a nadie a donde iba. Básicamente me escondí. Luego me embaracé de mi pequeño niño. Estuve en Irlanda cuando me embaracé. Estaba mejorando. Estaba aprendiendo a comer y dormir de nuevo. Me daba nervios que algo sucediera durante el embarazo. Mi abuela murió cuando lo llevaba en mi vientre. Habían paparazzis en la morgue. Pensé que no podía tener al bebé en Irlanda – tenía que salir el ojo público.”

“Así que me fui a Canadá. Ahora había una razón para sobrevivir. Era como nacer de nuevo. Me hizo querer nacer de nuevo. Me hizo querer vivir. Tuve un sentimiento tan real de amor, que es probablemente lo que necesitaba porque antes tenía el mal tipo de amor.”

A los otros tres Cranberries no les sorprendía que Dolores quisiera salir. “Ellos sabían que era una jornada fabulosa. Fuimos hasta la cima pero también me vieron tocar fondo. Creo que ellos sabían que se trataba de la vida y la felicidad y la sanidad y la salud, en esa etapa.”

Siguen siendo cercanos. A principios de este año, los hermanos Hogan y Lawler asistieron con sus familias a la confirmación de Taylor Baxter, el hijo más grande de O’Riordan.
“Entre los cuatro tenemos once hijos. Tomamos una foto de todos nosotros para tenerla y dárnosla unos a los otros. Y seguimos en contacto. Es hermoso. No podíamos creer lo rápido que habían pasado los años. Nos buscábamos las canas, las lonjas. ¡Reímos mucho!”

Mientras que no descartaba una reunión en algún punto futuro, insistía que estaba contenta, añadiendo: “tengo cuatro hermosos hijos. Y mis padres aún viven. Los padres de mi esposo aún viven. Quiero disfrutar mi tiempo con la familia. Sólo pienso en mi gente. Y si siento que puedo hacer algo artístico y que necesito hacerlo y puedo hacerlo, lo hago. Puedo ir de gira, pero si siento que es emocionalmente estresante, no lo haré; sólo trataré.”

Además de su esposo y antiguo manager de Duran Duran, y sus hijos, una fuente de felicidad es su renacimiento como compositora, escuchable en su debut en solitario del 2007 Are You Listening? y el impresionante que le siguió No Baggage. Producido por el Ontariense Dan Brodbeck, este último ve a O’Riordan en un modo confesional, “lidiando con mis emociones”.

“Logré darme cuenta que mientras te vas haciendo viejo en esta vida, solo se trata de aprender y sanar. Para poder sanarte tienes que confesar tu dolor, enfrentarlo Al abrirte y ser honesto y admitir que tienes debilidades, mejoras y puedes seguir adelante.”
“Este álbum es bastante filosófico; pero cuando creces, piensas mas en la vida y de lo que se trata. Cuando estaba en mis veintes solía poner mucho en el plato y no lo disfrutaba. Cuando creces aprendes a simplificarlo, te deshaces de mucho y tienes calidad.”

Esa búsqueda de calidad incluye dividir su tiempo entre Irlanda y Canadá, así como extender su músculo creativo hacia el arte visual.

“Empecé a pintar cuando dejé la banda. Cuando terminé con The Cranberries, quería encontrar todas las cosas que había perdido en la vida. Había otros sueños y hobbies que quería hacer. Así que fui a comprar muchos lienzos. Me intimidaron. Pensé ‘Puedo hacerlo’. Puse algo de música y empecé a pintar. Todo se acomodó después. Me hizo sentirme muy orgullosa de mi misma.”

“Algunas de mis pinturas se parecen a mis canciones. Hay una parte de ti en un subconsciente y con el arte lo sacas. Cuando ves tu trabajo te das cuenta de cómo eres realmente. Pero cuando pintas, realmente no piensas – sólo ves.”

“Con la música estás así: ‘¿Debo poner más ritmo aquí? ¿Qué le cambio acá? ¿Lo hago más rápido? ¿Funcionará esta melodía? ¿Esta voz alta estará bien?’ pero cuando pintas, solo miras. Apaga tu cerebro. Sólo usas los ojos. Y como siempre he tenido mala visión, cuando veo las cosas a veces veo cosas que no están.”

Como dirían en Limerick, Dolores O’Riordan ha estado en medio del huracán. Pero ahora es grande. ¿Y qué si usa aforismos para ir de día en día? Si funciona, funciona. Además, todos tenemos nuestros mecanismos de defensa. Humildad y esperanza se derivan de su doctrina de la que antes se derivaba la desesperación. Incluso ahora cree en la creencia católica de las curaciones milagrosas de Lourdes, el pequeño mercado al pie de los Pirineos, famoso por las apariciones marianas que ocurrieron supuestamente en 1858.

“Me tomaré un mes para ir allí con mis papás. Sé que no estarán aquí por siempre. Mi mamá ha ido ahí cada año por treinta años, como ayudante. Limpia ala gente con agua de ahí. Así que fui con ella un año un poco escéptica, ‘Hey, soy una estrella de rock’. Pero de hecho me gustó. Ves a tanta gente enferma que te das cuenta lo suertudo que eres. Te pone las cosas en perspectiva.”

“No soy tan directamente católica. Hay muchas cosas que necesitan revisarse, dentro del catolicismo. Necesitamos relajarnos un poco, deshacernos de algunas reglas. Creo en la fe y tengo fe. Creo en el karma. Creo en el respeto. Creo que no puedes herir a un humano; se te regresará. Y creo que si puedes ver a Dios en cada uno y tratar a todos bien, tendrás una buena vida. Cuando tienes un buen momento, trata de compartirlo con otros. Si tienes debilidades, es bueno hablarlo con alguien, porque siempre hay alguien más que pasa por lo mismo. No puedes mejorarte a menos que hables. Tienes que hablar para sanarte.”

“Estoy más feliz que nunca. Tengo tanta suerte. Estaba tan cerca de la orilla pero regresé.”

Fuente: Cooking Vinyl - Gracias a Scott por la traducción

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